La vulnerabilidad de los asentamientos irregulares en zonas de riesgos de Tsunamis

La vulnerabilidad de los asentamientos irregulares en zonas de riesgos de Tsunamis
Simon Perez

Resumen



Este trabajo tiene la finalidad de vislumbrar que los asentamientos irregulares que se encuentran en las zonas de riesgo de tsunami, presentan un mayor grado de vulnerabilidad frente a este fenómeno, ya que no presentan un marco institucional y legal de ordenamiento territorial costero, que permita concretar medidas preventivas.
  La metodología llevada a cabo para avalar esta hipótesis, se centró en desarrollar el estudio de dos variables que configuran la existencia de esta vulnerabilidad: la geografía y la ocupación del territorio en condiciones irregulares. Estas se van extrapolando en una aproximación escalar, que intenta aportar un panorama general sobre la condición de los asentamientos irregulares en un espacio geográfico de riesgo.
  De este modo se presenta y caracteriza a chile, como un país de alto riesgo frente a estas catástrofes naturales, que con más de la mitad de su perímetro nacional costero, cuenta con significativas tomas de playa, que frente a un eventual tsunami podrían desaparecer en su totalidad.

Introducción

El Borde Costero Marítimo se reconoce como aquella franja que establece la frontera entre la tierra y el mar, la cual ha sido desde siempre un territorio clave en el desarrollo de las ciudades. Muchos asentamientos humanos se sitúan en este lugar, ya que se configura como una primordial fuente de recursos naturales y, a la vez, un punto de intercambio comercial, cultural y comunicacional.
 
  Este borde se presenta a la vez como un espacio geográfico de características únicas en fragilidad y complejidad, sobre todo por la existencia de fenómenos naturales por los que se puede ver muy afectado, el más significativo es el denominado “Tsunami”, que se define cómo ondas generadas por perturbaciones  (terremotos) que corren sobre o bajo la superficie oceánica, que a veces se propaga hasta las costas dando lugar a inundaciones constituyendo catástrofes naturales.
  Tras esta definición, surge la paradoja de la investigación:
El borde costero se presenta como una zona de interés que necesariamente requiere estar constituida por asentamientos humanos, pero a la vez, por su compleja característica geográfica, funda un riesgo constante.

El fenómeno que llamamos "tsunami" es una serie de ondas oceánicas extremadamente largas generadas por perturbaciones asociadas principalmente con sismos que ocurren bajo o cerca del piso oceánico, en aguas someras.
en chile estas se generan por acción de movimientos geomorfológicos(MLagos)


Qué: Problemática de Investigación
Se parte asumiendo que la Vulnerabilidad  de los asentamientos humanos en  zonas de riesgo de tsunami depende de las medidas preventivas que se tomen a la hora de enfrentar futuros eventos.
Lo primero que se debe considerar para tomar estas medidas preventivas son las cartas de inundación por tsunamis, las cuales son  elaboradas por el SHOA a base de eventos pasados, y delimitan la zona inundable de una localidad. Esto permite que las ciudades tengan un punto de partida para ejecutar medidas anti-tsunami.
En chile existen 35 cartas de inundación que corresponden a las zonas costeras mas consolidadas. Esto les ha permitido realizar proyectos de ordenamiento territorial enfocado en la seguridad de los habitantes que viven en el litoral; sin embargo, existen casos de asentamientos irregulares que al no contar con cartas de inundación por tsunamis se convierten en las zonas más vulnerables de la costa chilena. Estos son asentamientos pesqueros o de segunda vivienda; loteos irregulares que terminan regularizándose al exigir los derechos adquiridos por tradición y forman nuevos puertos a raíz de una toma de playa, sin ser considerados en el marco normativo de ordenamiento territorial. Esta es la lógica bajo la cual se densifica el espacio geográfico que cuenta con el mayor número de víctimas producidas por catástrofes naturales.


Cómo: Método de Aproximación
Se realiza un método de aproximación  escalar, que considera dos grandes ejes para enfrentar el estudio: Las condiciones geográficas y la ocupación del territorio.
Estas dos variables, en un comienzo consideran la escala global, en la que en el ítem geográfico demuestra que Sudamérica se encuentra inserta en el denominado Anillo de Fuego del Pacífico, presentando el mayor número de tsunamis ocurridos a nivel mundial, y la segunda variable hace alusión al registro histórico de daños ocasionados por catástrofes naturales en los países en vías de desarrollo, teniendo en cuenta que Sudamérica forma parte de estos.
Luego, el enfoque geográfico se dirige a la escala sudamericana para delimitar el área correspondiente a la actividad sísmica, y realizar un registro de los movimientos tectónicos en el territorio, recalcando que Chile tiene una relevante presencia de borde costero. También, se deja claro que la costa esta altamente poblada, al catastrar las caletas a nivel sudamericano, entendiendo que en este estudio Sudamérica se entiende con un nuevo contorno, que vincula: Chile, Perú, Ecuador y Colombia.
En la siguiente etapa se pasa a la escala binacional, en la que se identifica una geografía que centra su actividad sísmica preponderante hacia el sur de Perú y al norte de Chile. En la variable ocupación del territorio, aparecen las cartas de inundación por tsunami, para tomar como punto de comparación al país vecino, y se conjetura que chile se encuentra notablemente más desprotegido que Perú en cuanto a esta herramienta fundamental para el ordenamiento costero preventivo.


  La vulnerabilidad se concibe como un factor interno de riesgo de un sujeto, objeto o sistema expuesto a una amenaza, que corresponde a su disposición a ser dañado
(Ayala-Carcedo y Olcina, 2002)


Cuando se llega al nivel nacional, se vuelve mas complejo el estudio, y surgen variables que determinarán el caso de estudio.
En cuanto a geografía, se estudian: la ubicación de tsunamis históricos, la ubicación de sismos generadores es estos y el posible epicentro del próximo evento sísmico.
Y en la ocupación del territorio, se estudian: La población costera total, las caletas pesqueras, los asentamientos irregulares, y por último, las medidas preventivas llevadas a cabo en el país, identificándolas en el territorio.
A Partir de esto se concluye que se va a estudiar el norte del país, ya que su grado de vulnerabilidad es mayor por dos razones fundamentales: 1_ Según científicos, el próximo sísmico se desarrollará en este lugar,  2_ las medidas preventivas se han desarrollado con importante preocupación en el sur del país, dejando de lado el norte.
Es así como se levanta la información acerca las caletas irregulares que se presentan en las tres primeras regiones del país, para llegar a estudiar el Asentamiento irregular más relevante: puerto Viejo, el cual se presenta como una verdadera toma de playa de más de 4000 habitantes.


Por qué: Relevancia de lo estudiado
  Sólo si se considera el siglo XX uno de cada tres tsunamis del océano Pacífico se originó en la costa chilena, mientras que el 40% de los tsunamis más destructivos del mundo se originaron exclusivamente en Chile, y aún no existe una clara definición de borde para fines normativos en la costa; no existen conceptos que tengan la suficiente precisión para delimitar una zona “como borde costero”.  Por lo tanto, es difícil pensar en criterios urbanísticos y arquitectónicos capaces de prevenir la muerte de miles de personas frente a un futuro evento.


Crítica



En el Borde Costero Marítimo se desarrollan asentamientos humanos costeros, los que están situados en zonas que conforman una unidad geográfica y física de especial importancia para el desarrollo integral y armónico del país (1). Este hecho se vincula a países como Chile, ya que posee un 51% de su límite nacional como zona costera, el 60% de los asentamientos humanos viven en la costa o a 200 km de ella (2), y por que Chile es una zona de subducción cortical (3).
A partir de esta condición, surge la necesidad de estudiar la institucionalidad chilena vigente para el ordenamiento territorial del borde del país:
En primer lugar en Chile se manejan dos conceptos similares, pero con significados muy diferentes: Borde Costero y Zona Costera. El primero, es un concepto legal utilizado en la política nacional de uso del borde costero del litoral de la república, y se define como Aquella franja del territorio que comprende los terrenos de playa fiscales, la playa, las bahías, golfos, estrechos y canales interiores, el mar territorial de la República, y que “conforma una unidad geográfica y física de especial importancia para el  desarrollo integral y armónico del país” .3 El ámbito territorial en el cual  la norma tiene aplicación esta limitado a los llamados terrenos de playa de mar, es decir, terrenos colindantes al estrán. Cuando los terrenos comprometen un predio fiscal, alcanzan sólo ochenta metros de ancho, pero cuando la playa de mar se encuentra frente a predios privados, no existe espacio para la planificación terrestre.
En segundo lugar, Zona Costera, el que se define más bien como un concepto científico-técnico, que no establece un área claramente delimitada; se refiere a un ámbito de interacción física, biológica y también antrópica entre los ambientes terrestre y marino.
Esto deja al descubierto que los instrumentos de planificación de nuestro país no logran definir los conceptos básicos sobre borde costero, es decir, no logran establecer con claridad un concepto que se reconozca en los instrumentos y normas actuales. Ya que para el ordenamiento territorial de asentamientos costeros, la delimitación de áreas de inundación se debería traducir en información crítica al momento de definir potenciales usos de suelo, vías de evacuación y localización de zonas de seguridad. Sin embargo, en países como Chile, el proceso de zonificación ante la presencia de tsunami sigue siendo un tema complejo. La baja frecuencia de ocurrencia de estos eventos; la atracción que genera localizarse cerca de la costa y su influencia en la demanda de suelo; la carencia de políticas y normativas riesgo sustentables; la falta de criterios, procedimientos y diseños de urbanización antitsunami, y el desconocimiento de cómo interpretar un mapa de inundación e integrarlo de forma efectiva en la planificación territorial hacen que en la práctica la real consideración de la amenaza de tsunami
sea escasa o inexistente.


(1) Informe de la Cámara Chilena de la Construcción. Hacia un nuevo borde costero en Chile
Andrade, B. Arenas, F. y Guijón, R. (2008). (2) Revisión crítica del marco institucionGrandeal y legal chileno de ordenamiento territorial: el caso de la zona costera. Revista de Geografía Norte, 41, 25. (3) Proceso que involucra la generación de sismos, los que provocan el fenómeno cuando las ondas presentan magnitudes sobre los 6,5 grados en la escala de Richter (Revista de Geografía Norte Grande, 27).


Al apreciar esta realidad, queda al descubierto que las consideraciones que tiene el ordenamiento territorial de la zona costera ante la posibilidad de enfrentar el fenómeno Tsunami son precarias, sin embargo las hay para zonas urbanas consolidadas.
El principal referente para que se considere la planificación del borde costero con principios de prevención anti-tsunamis, son las cartas de inundación por tsunamis, elaboradas por el SHOA (servicio Hidrográfico y oceánico de la armada de chile). Estas, son elaboradas a partir del registro de los eventos anteriores. Consisten en planos que definen los niveles de inundación máximos esperados para las principales zonas urbanas y portuarias de chile, ante la ocurrencia de eventos sísmicos tsunamigénicos de campo cercano. Estos planos consideran puntualmente la identificación de cotas de inundación histórica, modelos teórico-históricos y técnicas de simulación numérica de tsunamis de campo cercano.
Dentro de estas acciones mitigantes, existen dos categorías: estructurales y no estructurales, las primeras, son aplicadas de forma directa en la planificación urbana que ejecutan las autoridades municipales, mientras que las segundas juegan un rol fundamental en la elaboración de los planes de evacuación y protección civil.
Las Medidas estructurales (de orden físico espacial), consisten en elementos que disipen la fuerza de las olas que vienen del océano, en ellas encontramos bosques esclerófilos costeros, casas “anti-tsunami” y muros de contención. En cambio, en las medidas no estructurales, encontramos señalética, vías de evacuación y zonificación.
Según las medidas de mitigación adoptadas en el país, podríamos separarlo en dos grandes bloques: al norte, con medidas no estructurales; y al sur, con medidas estructurales.
Esta lógica divisoria se desarrolla en un contexto “POST 27F”, en donde el gobierno se vio en la obligación de responder con el Plan de Reconstrucción del Borde Costero (PRBC18 y PRES), desarrollando planes maestros para las dieciocho localidades costeras más afectadas del país. Este plan responde con novedosas materias anti-tsunami: medidas importadas de otros países e insertadas en el nuestro. En la planificación urbana de la reconstrucción, esta está contextualizada en un Plan de Reconstrucción Sustentable.
Se pueden cuestionar las actuales intervenciones, pero se distingue una preocupación en la región del Bío-Bío, en contraste con lo que pasa en el norte del país. Existen muchos puntos críticos en estas planificaciones, incluso algunos que ponen en duda su proliferación en forma válida, ya que según la experiencia de naciones propensas a este fenómeno (como Hawái), la real solución para desvincularse de las consecuencias de los tsunamis consiste en deshabitar la costa. Sin embargo, aunque las medidas no sean realmente eficaces y pertinentes, lo que realmente concierne es preguntarse qué pasa con los sectores en donde no se está llevando a cabo ningún tipo de solución.

(5) Revista geográfica de Chile Terra Australis, 49: 20.



En el norte del país, veremos que la incidencia de estas soluciones es nula ya que siguen sólo las medidas no estructurales; las ciudades se configuran, en el mejor de los casos, bajo criterios de usos de suelo, relacionado con la actividad productiva y el servicio portuario, pero nunca bajo consideraciones preventivas frente a caso de catástrofe por tsunami.
Según Marcelo Lagos (Geofísico), el próximo tsunami tiene grandes probabilidades de desarrollarse en esta zona del país, ya que la inmovilidad de las capas tectónicas hace preveer que el siguiente lugar de brote energético será precisamente este, teniendo la consideración histórica de un país como Chile y que actualmente, modelos geofísicos y estudios geológicos confirman que los tsunamis presentan algún grado de ciclicidad, en cuanto a su periodicidad y magnitud.
Un zona que refleja completamente la vulnerabilidad del norte, es el balneario Puerto Viejo, el que cuenta con aproximadamente 4000 viviendas, siendo la toma de playa mas grande en Chile. Esta zona se vio con considerables daños por el tsunami ocurrido en Japón el pasado 11 de Marzo. A pesar de que las olas viajaron por el Océano Pacífico 27 mil kilómetros, destruyeron 200 casas. Todo esto debido a la irregularidad del asentamiento y la nula planificación existente, totalmente carente de medidas estructurales o no estructurales. Esta situación deja demostrado que bajo el fenómeno tsunami, el grado de destrucción al que quedaría sometido este lugar, costaría miles de vidas.


Conclusión


Es entonces el momento de preguntarse el porqué de esta situación en la que si bien, los nuevos criterios de planificación urbana costera existen, aún no son considerados como un factor clave en el desarrollo sustentable de la sociedad, e incluso se podría llegar a pensar, que se está esperando una nueva catástrofe, la que involucre a miles de personas, para integrar este nuevo urbanismo en dicho sector.
  ¿es acaso, el raciocinio de nuestras autoridades incapaz de proyectarse en el contexto del país que gobiernan?


(6) Revista de geografía Norte Grande, 33: 5-18.

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