Integración de energias renovables

Guillermo Radamacher

Energía Eólica

Uno de los principales problemas ambientales que actualmente se da en nuestro planeta, es la contaminación por efecto de la emisión de CO2. El consumo de electricidad crece cada día de manera insostenible por lo que debemos centrar nuestros principales esfuerzos en conseguir el ahorro energético.

Ahora bien, mientras conseguimos ese ahorro energético es también necesario mejorar la producción eléctrica y orientarla hacia medios más sostenibles como lo son las energías renovables. Por ello es necesario potenciar lo máximo posible estas formas de producción de energía, siempre dentro de los límites de implantación nacional en términos ambientales. Y es aquí donde surge el conflicto, ya que energías renovables como la eólica se pospone por otras como las industrias en base a carbón que están llenando nuestro territorio.

Si bien lo anterior es bastante cierto por un tema económico una de las energías renovables que está ganando terreno es la energía eólica esta es un recurso que en el pasado no ha sido aprovechado en el país y ha estado teniendo un auge recién hace algunos años.

La integración de plantas eléctricas eólicas en los sistemas de potencia presenta desafíos a los planificadores y operadores. Estos desafíos se basan principalmente en la naturaleza de las plantas eólicas, que difiere en varios aspectos de las convencionales, y del hecho de que el viento es una fuente de energía nueva para el mercado chileno.

Las plantas eólicas funcionan cuando sopla el viento y sus niveles de potencia varían de acuerdo a que tan fuerte es él. Esto hace que no sean despachables en el sentido tradicional lo que disminuye la capacidad del operador para controlar el sistema. Es por esto que existen distintos sectores ven con reparos el ingreso masificado de la energía eólica pues presume que la variabilidad del viento impactara la calidad del servicio al no ser capaz el operador de mantener el balance carga – generación del sistema eléctrico.

La falta de despacho de los generadores eólicos de manera tradicional también limita la capacidad de las plantas eólicas de poder suplir nuevas cargas del sistema y aportar a la capacidad instalada. De hecho existen distintos estudios que indican la capacidad de una planta eólica muy por debajo de los nominales de los generadores instalados en ella.

Actualmente existen varios parques eólicos funcionando, entre ellos, Canela, Totoral, Lebu y Monte Redondo.

Según la CONAMA hay varios proyectos más que recientemente han ingresado al sistema sus declaraciones de impacto ambiental para posteriormente construir parques eólicos. El proyecto más grande (central Talinay, IV región), está aun en tramitación y consiste en la colocación de 500 MW de capacidad instalada a través de más de 200 aerogeneradores. Actualmente la generación eólica en Chile tiene una capacidad instalada de unos 200 MW.

Entre mayo del 2006 y agosto del 2009, se han aprobado 20 proyectos eólicos por la CONAMA. El parque eólico Totoral, con una capacidad instalada de 46 MW (23 molinos con capacidad de 2MW), ha sido el último proyecto inaugurado, con fecha del 20 de enero del 2010. El proyecto anterior a este, Monte Redondo, fue inaugurado en octubre del 2009 con una capacidad instalada de 38 MW (19 molinos de también 2MW). Ambos proyectos pertenecen a la IV región y a escasos kilómetros de distancia.

Escenario futuro para este tipo de energía.

Según datos recopilados por la CONAMA, a la fecha, entre proyectos operativos y que por fecha estimativa de la declaración de impacto ambiental de los proyectos debieran estar funcionando, más los que ya están aprobados y en calificación para funcionar en el futuro, se puede extraer la siguiente tabla:

Tabla de capacidad eólica instalada y con permisos aprobados en Chile.

FUENTE: Elaboración propia con datos de E-SEIA.

No obstante en nuestro país esta proyección no se podría ver realizada si la tecnología y la inversión económica no logran una participación dentro del parque generador.

Por ejemplo en el caso de los países europeos han sido pioneros en esto ya que la Unión Europea se planteo una fuerte diversificación de la matriz energética de modo de disminuir su huella de carbono. Para cumplir con estos objetivos es necesario que el sector eléctrico se adapte y se mueva hacia que gran parte de su generación este basada en métodos de energías renovables no convencionales (ERNC).

Esta transición no ha sido repentina en el tiempo y ha necesitado la adaptación del modo de operación de los sistemas aumentando sus reservas operativas, confiando más en las interconexiones supranacionales y creando nueva regulación que tome en cuenta los desafíos generados por la variabilidad del viento.

Esta variabilidad presenta el mayor riesgo ante el uso masivo de energía eólica. Sin embargo ha demostrado que la variabilidad puede ser superada mediante cambios en los mercados eléctricos, mejoras tecnológicas, buenos pronósticos, entre otros factores; haciendo que una mayor integración eólica mejore la confiabilidad de los sistemas e incluso tenga un efecto positivo en los costos globales de generación.

Por ejemplo la eficacia de una buena integración de esta energía lograra que cada Kwh de electricidad generada con energía eólica en lugar que la de carbón evitaría:

0,60 Kg. de CO2, dióxido de carbono.

1,33 gr. de SO2, dióxido de azufre.

1,67 gr. de NOx, óxido de nitrógeno.

Además la buena implantación de parques eólicos y que se estima con una producción de 10 MW evita:

28.480 Toneladas. Al año de CO2.

Sustituye: 2.447 Tep. Toneladas equivalentes de petróleo.

Aporta: Trabajo a 130 personas al año durante el diseño y la construcción.

Proporciona: Industria y desarrollo de tecnología.

Genera: Energía eléctrica para 11.000 familias.

Sin embargo la explotación de la energía eólica trae el inconveniente de la superficie ocupada, niveles de ruido y de contaminación visual que produce en el paisaje. La energía eólica produce un impacto visual inevitable, ya que por sus características precisa unos emplazamientos que normalmente resultan ser los que más evidencian la presencia de las máquinas (cerros, colinas, litoral). En este sentido, la implantación de la energía eólica a gran escala, puede producir una alteración clara sobre el paisaje, que deberá ser evaluada en función de la situación previa existente en cada localización.

Para el caso chileno la posibilidad de una mayor integración se estudia de una manera cualitativa ya que son necesarios complejos modelos apropiados de operación e información de estudios sobre variabilidad de viento que no han sido realizados de manera extensa. Además la falta de interconexión con sistemas internacionales sumado a las características distintivas de nuestras redes de transmisión hacen prever la necesidad de altos niveles de inversión. Lo que sumado a la necesidad de nuevos mercados como el mercado de servicios complementarios y la apertura de los actuales a mas actores como los consumidores indican que las condiciones optimas para permitir una alta penetración de energía eólica están lejos de ser satisfechas.

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