Agricultura familiar, un modelo de desarrollo sustentable

Agricultura Familiar, un modelo de desarrollo sustentable
Claudia Gatica

Resumen

La investigación abordara los tipos de producciones agrícolas, tanto de la Agricultura Familiar como la  Agricultura Industrial. Analizando su contexto sudamericano, binacional y local. Contemplando sus  consecuencias espaciales, sociales y económicas a largo plazo. Identificando las problemáticas a futuro a enfrentar por estas. Ofreciéndonos una breve imagen de una problemática, que si bien hoy se muestra como un problema menor, a largo plazo presentara una dificultad para nuestro sistema socio/económico, que depende del territorio para su subsistencia.

El estudio se realizará identificándo las diferentes tipologías de Agricultura Familiar existentes a nivel sudamericano, relacionándolas como parte de un ciclo social y emplazándolas dentro del ciclo físico del subcontinente. Entendiendo el valor, que tienen en dos escalas, la seguridad alimentaria y la soberanía alimentaria, como las principales fortalezas de las AF. Para entender este modelo de agricultura se tiene que identificar su polo opuesto comparándola con la agricultura desde sus escalas de producción hasta su fragilidad operativa. Para luego identificar aquellas que se encuentren relacionadas con el proceso de desertificación para así determinar aquellas que estén en mayor deterioro.



Introducción



Actualmente la desertificación [1] es un problema de relevancia mundial. Este fenómeno se desarrolla principalmente en regiones áridas, semiáridas y subhúmedas. Sus causas pueden ser climáticas, relacionadas con la sequía, naturales (precipitaciones variables y vientos) y humanas, expresadas principalmente en el manejo de los recursos naturales, agua, suelo y vegetación.



Es necesario considerar como elemento constituyente del proceso de desertificación, el modelo económico impuesto, un sistema socio-económico contemporáneo, que nos propone un modo de habitar que va ligado al consumo, ofrecerse al mercado como mano de obra y esperar que el sistema de sistemas, el gobierno, le asegure un acceso libre a artículos de consumo tanto necesarios como deseados, donde el límite está fijado por la cantidad de dinero conseguida en base al empleo, donde el ciclo necesario para un ‘’ecosistema’’ o ‘’hábitat’’ está definido únicamente por la variable económica, dejando de lado el territorio, no solamente como aquel que nos da emplazamiento sino que aquel que nos provee de los recursos que necesitamos para subsistir y por tanto para existir como sociedad.

Este modelo económico está orientado a la apropiación y explotación de terrenos y de sus recursos de manera extensiva generando una degradación ambiental y relegando a los campesinos a poseer tierras de menor calidad y extensión. Como una forma de enfrentar esta problemática los campesinos se agruparon en sistemas de producción comunitarios, desarrollando en estas tierras poco aptas, actividades productivas con baja tecnología y conocimientos tradicionales, lo que solo ha aumentado la situación de pobreza rural y deterioro al terreno.

Es así que esta investigación se vuelve fundamental para el estudio de las consecuencias futuras de la desertificación en la Agricultura Familiar, siendo estas representativas de una escala de desarrollo en extinción. Y que además son capaces de llevar a la práctica el concepto de sostenibilidad.[2]







Desarrollo



La investigación se centra dentro de la estructura agraria, la cual contiene elementos dispares en el plano productivo. Es posible distinguir la existencia de un sector capitalista conocido como Agricultura Industrial y otro no capitalista, conocido como “Agricultura Familiar”.[3]



Ambos sectores existe con gran disparidad. El modelo agroexportador se presenta muy atractivo para los empresarios, quienes aportan al sector agrícola con altos niveles de tecnología y capital, contrarrestado con las posibilidades de la agricultura familiar quienes no cuentan con los mismos recursos, ni las tecnologías adecuadas para generar una competitividad. De esta forma la economía campesina está siendo desplazada a los sectores menos productivos, acentuándose la situación de pobreza y degradación de los recursos naturales. 



Se distinguen  tres tipos de agricultura familiar entre las cuales se encuentran las

siguientes:



Agricultura Familiar de Subsistencia (AFS): Se refiere a aquella que se encuentra orientada más al autoconsumo, con disponibilidad de tierras e ingresos de producción propia insuficientes para garantizar la reproducción familiar, lo que los induce a recurrir al trabajo asalariado, fuera o al interior de la agricultura.



Agricultura Familiar en Transición (AFT): Tiene mayor dependencia de la producción propia (venta y autoconsumo), accede a tierras de mejores recursos que el grupo anterior, satisface con ello los requerimientos de la producción familiar, pero tiene dificultades para generar excedentes que le permitan la reproducción y el desarrollo de la unidad productiva.



Agricultura Familiar Consolidada (AFC): Se distingue porque tiene sustento suficiente en la producción propia, explota recursos de tierra con mayor potencial, tiene acceso a mercados (tecnología, capital, productos) y genera excedentes para la capitalización de la unidad productiva.



La producción de la AF se basa en el trabajo familiar que no es remunerado, las unidades familiares que integran en sí mismas producción y consumo, el campesino posee sus medios de producción; es decir, es dueño o arrendatario de la tierra y posee sus medios de trabajo, de producción y es trabajador en el proceso productivo.

De lo que produce, utiliza una parte para el consumo familiar y los excedentes se venden en el mercado y de esta manera, comprar aquellos productos que el campesino no elabora. La economía campesina se caracteriza por una falta de acumulación que se debe a la transferencia de la plusvalía hacia otros sectores de la economía y a su carácter subordinado y dependiente de la forma dominante capitalista.





En esta desigualdad que se presenta entre la AI [4] y al AF cabe preguntarse sobre los impactos que  puede llegar a tener la explotación intensiva de los lugares más productivos y como se pretende mejorar la seguridad alimentaria, la cual podría incrementar la productividad de la agricultura.

El aumento de los precios de los insumos para la producción agrícola, la disminución de los subsidios y la protección estatal y la caída en los precios de mercado de los productos agrícolas, junto con las reformas agrarias, estarían contribuyendo a un menor desarrollo de la AF, monopolizando la producción agrícola haciendo que la seguridad alimenticia quede en función del mercado. ¿Qué seguridad tenemos de que el mercado sea estable respecto a nuestras necesidades de subsistencia básicas?

A nivel binacional en Chile el 34% de la producción agrícola la compone la AF mientras que en Argentina el 67%, esta diferencia en la composición del origen de la producción agrícola tiene que ver con las políticas agrarias, unas integran a la familia, incorporando al segmento socioeconómico más débil en una actividad que debiese ser jerárquica a nivel productivo. En cuanto a la superficie, en Chile el  72% de la superficie está en manos de la agricultura industrial y en Argentina un  84% por lo que en ambos países la AI constituye el organismo con mayor extensión, este se debe a su emplazamiento en zonas ‘’ideales’’ al tener una superficie mayor a la necesaria se evita tener que competir por la tierra. Generando impactos en el territorio ya que la agricultura industrial se presenta como una agricultura mono productora lo cual va degradando el territorio.

En este sentido no solo toma valor nacional la soberanía y la seguridad alimentaria, sino como parte esencial del crecimiento económico,  ya que permite tener los costos bajos, ya que existen variedad de productores y de productos.

Otra de las problemáticas que deben enfrentar la agricultura familiar corresponde al proceso de desertificación. Sus causas pueden ser climáticas, relacionadas con la sequía natural (lluvias irregulares y vientos) y humanas, principalmente por el manejo de los recursos naturales.

A nivel sudamericano los efectos de la desertificación son, principalmente, la disminución en el rendimiento de cultivos, la salinización y sodificación de cultivos, la erosión hídrica y eólica, la disminución de cubierta vegetal, la disminución en la capacidad de carga del suelo, la escasez de alimentos por consiguiente, conflictos sociales, que desembocan en pobreza y migración rural.

En Chile, el proceso de desertificación afecta a un 60% del territorio nacional, siendo la IV Región en donde el avance del desierto parece más crítico y evidenciable, afectando principalmente a la agricultura familiar, las cuales debido a la falta de capital para invertir en tecnologías que recuperen suelos degradados, han profundizado su degradación.

Es en la IV región, donde se encuentran localizadas las ‘’comunidades agrícolas’’ que se encuentran determinadas por el dfl 5 que las constituye como personalidad jurídica y establece sus condiciones de relación con el territorio. Una relación que se arrastra desde la época de la colonia, donde las aguas lluvias caídas eran 4 veces mayores.

Hoy estas comunidades se encuentran en un alto proceso de deterioro por dos grandes razones la escaza tecnologización y la desertificación.



Para entender mejor el modelo productivo de las AF se hace una comparación con la Producción Industrial Salmoneras X - Xi Región que se encuentran fomentadas bajo las políticas neoliberales impuestas en nuestro país donde la gran libertad de empresa favorece las inversiones extranjeras pero a un alto grado de impacto ambiental, asociado a una alta demanda productiva, sobre exigiendo el territorio productivo y generando una mono productividad.

El aumento de la producción de salmónidos en Chile parece haber contribuido significativamente al desarrollo de la Décima Región y del país. Sin embargo, esto no es así, ya que se ha prescindido aproximadamente del 40% de los trabajadores de los centros de cultivo debido a cambios tecnológicos. En conjunto con la crisis del año 2007 donde cerca de 24.000 personas dejaron de trabajar en el área. Los capitales extranjeros generaron una posibilidad de crecimiento económico, pero se dejó de lado las funciones sistémicas del territorio. Contaminando el medio ambiente, al punto de cambiar las especies ahí existentes. Económicamente, frente a una crisis auto producida, colapsaron tan rápido como crecieron afectando a un  sin número de personas que cambiaron su oficio de auto sustento original.

Por otro lado, las dificultades productivas de las comunidades agrícolas, asociadas a una escasa tecnologización en conjunto  con una disminución progresiva de las aguas lluvias caídas. Hacen que las condiciones productivas sean deficientes, a pesar de esto las comunidades se resisten a migrar de manera definitiva haciéndose cargo de un territorio poco productivo.

El caso de estudio, La Comunidad Agrícola El Divisadero, se ubica en la IV región, en la comuna de Punitaqui, provincia del Limarí.

Inserto en un ambiente semiárido en el que la escasez de un territorio adecuado para la agricultura ha desencadenado el proceso de desertificación, debido a la intensa intervención humana a través de diferentes factores como el trabajo de tierras vulnerables a la erosión, manejo inadecuado del ganado desencadenando una pérdida de productividad de los suelos. Debido a estos factores se ve impedida la capacidad de resiliencia del medio, por lo que la población debe sobreexplotar el territorio que habita, con el consiguiente aumento de la pobreza.





Conclusiones



Agricultura Familiar un modelo de desarrollo  sustentable



La agricultura familiar tiene su fundamento en la búsqueda de diferentes rentabilidades a lo largo del año, asegurar el autoconsumo familiar, la reducción de riesgos y especialmente a una menor dependencia de los insumos externos. Esta diversidad productiva se debe y sostiene porque el agricultor es al mismo tiempo emprendedor y trabajador. Este modelo de desarrollo rural valora el capital humano y a la capacidad humana, más que al capital financiero. Es por esto del interés de estudiar este modelo para que se tome en valor y se resguarde como una manera integral de desarrollo país.

Es por esta razón, para que la agricultura familiar no desaparezca se necesitan políticas de Estado, apoyo a las familias, dotarlos de tecnologías que hoy no poseen, capases de fortalecer la agricultura y su diversidad para conservar la biodiversidad.
Un enfoque de desarrollo rural sostenible, involucra una agricultura familiar que integre  actividades no agrícolas que sostengan y acerquen soluciones a la familia rural y por ende mejoras en la calidad de sus vidas tales como, la agroindustria familiar, la conservación del medio ambiente y la educación ambiental.

Parte de estas prácticas fortalecerán  los lazos con otros actores de la sociedad como los habitantes de las ciudades y el entorno local de los pueblos inmediatos, construyendo una red de servicios y de integración campo ciudad, hoy día en permanente retroceso.



Este enfoque trata, de cambiar la forma de ver la agricultura, como un instrumento de enriquecimiento económico. Es valorar la agricultura familiar como un elemento sustentable donde se aproveche al máximo la producción y el consumo, que garantice una mejor calidad de vida y asegure la sustentabilidad y la seguridad agroalimentaria junto con el ingreso y crecimiento económico bajo niveles equitativos.

La meta del desarrollo sustentable, no es sólo mantener la capacidad de resiliencia del territorio, sino que se trata de aumentar el nivel de bienestar individual y social, la capacidad de satisfacer las necesidades del presente sin comprometer las capacidades futuras.







Anexos 



[1] Desertificación: “es un  proceso de degradación ecológica en el que el suelo fértil y productivo pierde total o parcialmente el potencial de producción. Esto sucede como resultado de la destrucción de su cubierta vegetal, de la erosión del suelo y de la falta de agua; con frecuencia el ser humano favorece e incrementa este proceso como consecuencia de actividades como el cultivo y el pastoreo excesivos o la deforestación”

[2] Sostenibilidad: Se refiere al equilibrio de una especie con los recursos de su entorno. Por extensión se aplica a la explotación de un recurso por debajo del límite de renovación del mismo.

[3] Agricultura Familiar (AF): La pequeña agricultura familiar se define como un tipo de producción donde la unidad doméstica y la unidad productiva están físicamente integradas, y en la cual la familia aporta la fracción predominante de la fuerza de trabajo y donde la producción se dirige tanto al autoconsumo como al mercado.

 [4] Agricultura Industrial (AI): Es aquella que se centra en la producción masiva de un solo producto pero conlleva un alto nivel de tecnificación y deterioro, necesitando una alta inversión de capital, energía y otros recursos y requiriendo normalmente trabajo externo y ayuda de especialistas




[1] Véase anexo

[2] Véase anexo

[3] Véase anexo

[4] Véase anexo

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